EL FUSILAMIENTO DE VILLA PORVENIR EN PIÑEIRO

Era una fría y silenciosa madrugada en la barriada de Villa Porvenir. Mario Bravo y Pilcomayo (hoy Cabildo). Zona de casas bajas, pocos recuerdan en el barrio hoy el fusilamiento ocurrido el viernes 21 de mayo de 1976. La mayoría de los vecinos de aquel tiempo se han mudado, han muerto o no quieren recordar los balazos que los sobresaltaron aquella madrugada. Sin embargo, algunos vecinos vecinos conocen por comentarios lo que pasó allí sobre Mario Bravo al 700, incluso aseguran que hasta hace poco tiempo todavía podían verse los balazos en el frente de una cochera.

Según el comunicado oficial Nº 629 del Primer Cuerpo del Ejército,, publicado por el diario La Razón el 22 de mayo, “Uno de los hechos ocurrió en una localidad del sur del gran Buenos Aires cuando una patrulla intentó identificar a los cuatro ocupantes de un Fiat 125, cuya actitud les pareció sospechosa. Los desconocidos, entre los que se encontraba una mujer, abrieron fuego contra los representantes del orden, generándose un recio tiroteo. Como consecuencia de ello, los agresores resultaron muertos. En la oportunidad, además del vehículo, la policía (SIC) se incautó de dos fusiles FAL, una pistola calibre 11,25, que ostentaba obleas con insignias de una organización subversiva. Se deduce que los extremistas de acuerdo al armamento que se menciona, se proponían perpetrar algún atentado”.

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) accedió en 1985 a un archivo emitido por el Consejo de Guerra Especial Estable donde se informa un presunto enfrentamiento el 21 de mayo de 1976, en la intersección de Mario Bravo y Pilcomayo de Avellaneda, Provincia de Buenos Aires. Como resultado de este evento, cuatro personas – Tres hombres y una mujer – fueron asesinados. Los cuatro eran, se presume, miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo, según los folletos que los militares encontraron en el auto en el que perdieron la vida.

El enfrentamiento no existió. Eran los primeros fusilamientos que la dictadura utilizaba para asesinar e inhumar a los detenidos desaparecidos, luego de torturarlos para obtener información durante periodos de tiempo inestimable en algunos casos y comprobable en otros. Los asesinados fueron inhumados como NN en el sector 134 del Cementerio de Avellaneda, es decir en la fosa común que tenían los militares allí para estos menesteres.

La comisaría 2ª de Piñeiro tomó intervención tras el tiroteo. Según las partidas de defunción los muertos eran tres hombres de entre 25 y 28 años y una mujer también de 25 años. Según Poroto, un antiguo vecino de la calle Mario Bravo el fusilamiento fue a la madrugada. “Se escucharon gritos y disparos de ametralladora, e incluso el remate de uno de los fusilados al grito de este todavía vive”, asegura. En el operativo participaron –según recuerda- dos vehículos que entraron uno por cada esquina.

Treinta años después el EAAF logró identificar a la mujer asesinada. Era Leonor Herrera, dirigente del ERP y del PRT secuestrada el 29 de marzo de 1976 en Moreno, provincia de Buenos Aires. Herrera era tucumana y tenía 28 años al momento de su asesinato. El 19 de julio de 2007, el EAAF identificó a otro de los fusilados. Se trataba de Guillermo Ferraro que había sido secuestrado el 29 de abril, casi un mes antes de su asesinato en Piñeiro. Ferraro fue detenido al salir de su trabajo en un taller de instalación de cañerías en Díaz Velez y Olaya, Capital Federal. Ferraro también era militante del ERP. Recién había terminado el Servicio Militar Obligatorio. Tenía 26 años cuando fue asesinado. Francisco Torres era boliviano y tenía 4 hijos. Integraba el Movimiento Villero Peronista (MVP). Vivía en la Villa 31 de Retiro. Fue secuestrado-desaparecido a la edad de 32 años el 11 de mayo de 1976. El otro asesinado no pudo ser identificado aún.

De la sucesión de hechos se desprende que no hubo un enfrentamiento, sino una ejecución sumaria. El de Pilcomayo y Mario Bravo fue el primer fusilamiento en la localidad de Piñeiro, pero no el único.

Por Hernán Bravo