MARCELINO UGARTE: LA PLACITA DE PIÑEIRO

Por Elsyster Sánchez Barberena

Cuando la tarde muere y las sombras pintan fantasmas en la hora del ángelus, la Nostalgia sale a deambular sin derrotero. Quizá una esquina, un farol, una cortada, la llame con su urgencia sin palabras, y allí se quede ovillada, en un banco solitario de una plaza con historia, convocando imágenes retrocediendo tiempo e iniciando un diálogo donde la memoria sea la única música de fondo. Plaza Marcelino Ugarte, nacida en un barrio con sabor a trabajo y purretes de insolente alegría de fruto sin sazonar. Verdor emergiendo de las sombras y el bostezo lento del aljibe de la Quinta de Molina, dibujándose en el. paisaje testigo de un ayer cercano. ¡1915!

Una campana llamando a clase y una directora Rosa R- Marugo, recibiendo a 93 gorriones en las precarias aulas de un nuevo establecimiento educacional:¡La escuela 51!. Sigue acurrucada en su banco la Nostalgia. Chispea ya alguna estrella en el cielo. La brisa juega a la escondida con la pelota olvidada.en un sendero El carrusel de los años sigue girando y en mayo de 1935, el enjambre bullicioso emigra a otra escuela de la zona-

¡Estabas vieja quinta de Molina y Piñeiro crecía! La Municipalidad de Avellaneda compra entonces, la manzana que contenía a la Quinta y el 5 de octubre de 1940, nace una nueva plaza y las rosadas flores de un palo borracho, cobijar orgullosas al monumento “El Reposo” de Antonia Artel.

¡Doctor Marcelino Ugarte! fue el nombre impuesto e incorporado a la barriada sureña. Y una nueva escuela fue implantada en la plaza: El Jardín de Infantes Municipal Nº 1. Desde entonces, alegres pintores a cuadritos, salpican de frescura las mañanas y las tardes arboladas.. En 1960, la Sociedad de Fomento y Biblioteca Popular Presidente Avellaneda, emplazó un busto del héroe de Los Andes.

El 29 de noviembre de1970, en el Año Internacional de la Educación, el Club de Leones y la comunidad, inauguran el monumento “Al Educador” del escultor Enrique Azcarate- En octubre de 1972, el Pasaje Domínguez pasa a llamarse Presbítero José Lamanna, primer cura párroco de la iglesia Nuestra Señora del Rosario y en 1993, la memoria y el amor de un pueblo, agregó el Monolito del Centenario- …Un farol malherido parpadea, La cancha de bochas dormita olvidada. Se ha nublado el cielo y unas gotas humedecen el césped. Llueve lento pausado. La lluvia tiene su propio diálogo e ignora a la Nostalgia acurrucada. El banco ha quedado vacío. Ella se fue quien sabe adonde, a la espera tal vez de otro atardecer que la invite a la confidencia..