El ex comisario Roberto Armando Félix cumple prisión domiciliaria desde 2012 en Piñeiro donde reside desde hace más de 50 años. En la actualidad esta siendo juzgado por delitos de Lesa Humanidad cometidos en un Centro Clandestino de Detención de la policía bonaerense.
El tipo podría ser un abuelo como cualquier otro, con una vida de trabajo común, con hijos y nietos. Un vecino como tantos otros de Piñeiro. Pero no. Es un genocida que cumple prisión domiciliaria desde 2012 en la primera planta de la vivienda ubicada en el 392 de la calle Paraguay en la localidad de Piñeiro, Partido de Avellaneda. Vive allí desde que se casó hace más de 50 años y se mudó a la casa de sus suegros. Se trata del ex policía de la Policía de la provincia de Buenos Aires. Roberto Armando Félix, de 80 años, quien durante el Terrorismo de Estado prestó funciones como comisario segundo en dos centros clandestinos de detención que funcionaron en dependencias de la bonaerense, la Brigada de San Justo y la Brigada de Lanús.
En estos días está siendo juzgado por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Centro Clandestino de Detención que funcionó en la Brigada de San Justo durante el Terrorismo de Estado. El juicio se realiza en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N1 de La Plata. El ex policía está imputado en delitos cometidos sobre 21 víctimas, entre ellos el de abuso sexual agravado. Félix pasó también por el ex Centro Clandestino de Detención El Infierno que funcionó en la Brigada de Investigaciones de Lanús, ubicado en 12 de octubre 234 de Avellaneda.. Allí prestó funciones entre
Félix ingresó en la escuela de cadetes de la policía en 1956 con apenas 17 años, y ya egresado hasta 1965 prestó funciones en distintas comisarías de Avellaneda. Desde octubre de 1974 hasta agosto de 1976 operó como comisario segundo en la Brigada de Lanús al servicio del comisario Miguel Osvaldo Etchecolatz, Director de investigaciones de la policía de la provincia de Buenos Aires, responsable de las patotas operativas y de los CCDT de la policía bonaerense. Ambos hombres de Avellaneda y partícipes del Terrorismo de Estado. De febrero de 1977 al mismo mes de 1978, tras pasar un breve lapso en una comisaría de Quilmes vuelve al infierno. Luego inicia sus tareas en la Brigada de San Justo, cuya tarea allí es la que está siendo juzgada.
Entre los casos que analiza el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de La Plata, se encuentran los secuestros de María Asunción Artigas, Mónica Sofía Grinspon y Mónica María Lemos, quienes permanecieron detenidas embarazadas en la Brigada de San Justo y fueron trasladadas al Pozo de Banfield. Allí, María Asunción y Mónica dieron a luz a sus hijas, Victoria Moyano Artigas y María José Lavalle Lemos, restituidas en 1988 y 1987, respectivamente. Paula Logares es la primera nieta recuperada y estaba en manos de del comisario Rubén Luis Lavallén, compañero de Felix en las brigadas de Lanús y San Justo.
Por su parte, allegados la familia Félix comentaron a la Voz de Piñeiro, que durante varios años un niño rubio, de rulos, vivió con la familia. Lo apodaban Pepe y supuestamente había sido abandonado por sus padres. Al cumplir la mayoría de edad el joven Pepe abandonó la familia y dejó de ver a sus viejos conocidos.
Félix tuvo dos hijos, Patricia hoy abogada y Roberto Armando, quien murió luego de recibir un disparo en la cara mientras se desempeñaba como policía durante el caso que se conoció como la Masacre de Andreani, ocurrido en 1996 cuando un grupo de ladrones intentó robar la sucursal de la Banca Nazionale del Laboro que funcionaba dentro de la empresa Andreani, al 219 de la avenida Pienovi, en Piñeiro, Avellaneda.
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