ENTREVISTA A LA VECINA ALICIA PECO

POR Vanina Montes (año 2012)

Alicia Peco es descendiente de una de las familias pioneras de la localidad. Su familia vive en Villa Porvenir desde 1911. Su bisabuelo vasco fue teniente coronel del ejército del rey de España de donde se escapó a Cuba. Allí aprendió el oficio de tabaquero, se casó con una gallega y para el año 1850 se vino a Buenos Aires, donde nació su abuelo, quien tuvo 6 hijos, muchos de los cuales formarían parte de la historia de Villa Porvenir. Su tío Ángel Peco fue quien fundó la emblemática farmacia de la esquina de avenida Galicia y Pavón. Por su parte, su padre Juan Peco estudió medicina y fue el primer cirujano ayudante del doctor Ricardo Finocchieto, junto a quien inventó los primeros instrumentos de cirugía.


La familia Peco siempre fue muy politizada. Su padre era conservador, su primo era comunista y periodista corresponsal en Buenos Aires para Rusia y su tío José fue diputado nacional por la Unión Cívica Radical e intervino en la redacción del Código Penal, fue además Rector de la Universidad Nacional de La Plata y de la Universidad de Buenos Aires.
«Nosotros levantábamos tribuna, mi primo Pirulo gritaba acá en la esquina, se paraba en un banquito y gritaba contra Perón, mi tío José era diputado nacional por el radicalismo, mi papá conservador, del Partido Demócrata Nacional, y yo fui una de las fundadoras del Partido Demócrata Cristiano, íbamos a lo que hoy es la Universidad del Salvador y se formaban dirigentes cristianos para la política, yo fui convencional de la democracia cristiana. Todos nosotros teníamos distintas políticas, pero nos sentábamos en la mesa del abuelo, y venían entre otros, Alfredo Palacios que era intimo amigo de mi tío, Alberto Barceló que era amigo de mi papá, que hizo cosas muy malas porque amparó el juego clandestino, pero también hizo cosas muy buenas porque Avellaneda es lo que es, gracias a Barceló», cuenta Alicia.
Sobre el origen del nombre de La Mosca, Alicia tiene su propia versión: «el barrio se llamaba La Mosca porque Avellaneda era una cueva de juego, era donde se jugaba clandestinamente a la quiniela, a las carreras de caballos principalmente, al póker, la mosca era por la plata, por todo lo que se jugaba, vos escuchabas a veces gente caminando por los techos porque venía la policía».
Alicia asegura que desde 1911 avenida Galicia era empedrada y dividía la zona a la que llegaba el gas y la que no. «Primero vinieron los españoles, después los italianos, los libaneses y judíos. Toda gente muy trabajadora y buena», afirma.
«En ese tiempo Avellaneda era la zona de las bandas de ladrones, eso si eran honestos y nunca tocaban a un vecino, más aun, a mi papa, le decían doctor le vamos a presentar la nueva banda que hay, porque mi papa hacía todos los pacientes a pie», cuenta. Juan Peco fue el discípulo del primer médico del barrio Mark Spangenberg, cuya casa estaba en la avenida Galicia al 200 y era una réplica de la casa de Tucumán. Spangemberg le dejó a sus pacientes y el carrito de atención sanitaria al recién recibido Peco. «Tenían miedo a los ladrones, pero los ladrones a nosotros no nos tocaban, dormíamos con la puerta abierta, la gente venía a las 2, 3 de la mañana para atenderse, y de arriba le gritábamos que suban», rememora Alicia.
«Situada donde hoy está la pizzería italiana había una casa de sombreros y fajas, muy paquetona, Galicia era muy paquetona, estaban las mejores sederías, las mejores zapaterías, venía la gente de todo Buenos Aires a comprar acá», sostiene Alicia. «En la zona había muchos cines el Monumental en el banco provincia, sobre pavón donde hoy está la concesionaria de coches el cine porvenir, por 20 centavos te veías 4 películas, y el día de las damas, era los miércoles. Y en la avenida Cabildo estaba el cine Cabildo», agrega.
Sobre le recientemente rematado Salón Imperio, Alicia recuerda: «era un lugar para espectáculos, salón de baile fiestas, los vecinos podían alquilarlo para los casamientos, cumpleaños, etc. y de reuniones de los repartidores de diarios, se diputaban las zonas y las revistas que llevaban, fue perdiendo el prestigio entre los vecinos»
Alicia estudió y egresó en la escuela Pública y luego trabajó como docente durante sesenta y dos años en los cuales fundó tres escuelas estatales y ocho privadas, comenzó su labor junto a las Mercedarias a la corta edad de 16 años; fue maestra de primaria, luego directora, siempre como docente rural y terminó siendo asesora de docentes. «yo quería ser medica , pero mi mamá tenía el sueño de la maestra, ella era profesora de piano pero quería ser maestra y no la dejaron, entonces mi papá dijo: «Estudiarás en el Normal de Avellaneda y después si quieres podrás seguir medicina», cuenta Alicia.
La situación actual de la avenida no entusiasma a esta antigua vecina de la zona. «La han invadido los boliches, la veo insegura, como no la veía antes, porque antes no te robaban, la veo muy insegura, veo que los locales se desocupan, y se ocupan, se desocupan y se vuelven a ocupar otra vez, veo que han puesto muy lindos locales ahora, pero duran poco. Y noto la falta de edificios», declara.
Acerca de la participación de su padre en las instituciones del barrio asegura: «Si bien mi papa fue fundador del club El Porvenir, del hospitalito de Humberto 1º (Hospital Vecinal Villa Porvenir), presidente de la cooperadora de la Escuela 28, había una cancha de bochas por acá que también presidió (se ríe), es decir mi papá tenía mucha actuación acá pero a nosotros, los hijos, nos preservaba mucho, nosotros no teníamos actuación acá, entonces los jóvenes íbamos a Racing o a Independiente. El salón imperio era mas lugar de baile y reuniones, porque teatro acá en la avenida era el Madrid que traía compañías hermosas, traía títeres, marionetas, los dueños eran los Pérez.
Yo quiero mucho a mis vecinos, (se le quiebra la voz), porque mis vecinos me cuidan a mi, me tienen un especial cariño, eso lo veo, a mis vecinos les pediría, que este barrio vuelva a ser lo que fue, unámonos, porque hay gente muy buena en este barrio, gente muy buena.
A los 80 años, Alicia Peco atesora en sus recuerdos infinidad de historias familiares y vecinales sobre su lugar en el mundo, el barrio de Villa Porvenir, en la localidad de Piñeiro, de la ciudad de Avellaneda.

Acerca de Hernán Bravo

Director y fundador del periódico La Voz de Piñeiro desde 2003. Técnico superior en Periodismo egresado de TEA en 1998.

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