LA TRAGEDIA DEL TRANVÍA EN 1930

Por Martha Romero

Un puñado de hombres y mujeres somnolientos, de rostros cansados, y manos curtidas, rumbo a sus lugares de trabajo; humildes obreros  en pos del sustento diario, apiñados en el habitual y diario tranvía de la Compañía Eléctrica  del Sud rumbo hacia las fábricas de Barracas.

Nada hacía presumir la tragedia, otro rutinario día  de trabajo más, las mismas caras inexpresivas, los mismos ojos vacíos de esperanzas, de ilusiones, en fin, empezar el día, repetir el triste destino del laburante humilde, común, y seguramente sostén único de su familia

El hecho que aquí narraremos ocurrió el 12 de julio de 1930. El día amaneció como cualquier otro, pero el destino  tenía  preparado un trágico final para el pasaje del tranvía  Nº 75 de la línea 105.

Eran las primeras horas de esa fría mañana de invierno cuando partió desde Lanús con destino a la estación Constitución. El coche debía atravesar el puente ubicado sobre el Riachuelo que está ubicado en el nacimiento de la calle Bosch en la localidad de Piñeiro.

La espantosa tragedia ha conmovido dolorosamente el espíritu popular. El siniestro balance  del accidente arroja una pérdida lamentable para la clase humilde de nuestra sociedad, pues la muerte se ensañó, con gente de trabajo que cotidianamente salía  en el afán de ganar el sustento para sus familiares.

El accidente no tuvo precedente en la historia, tal la magnitud de la tragedia, y su desenlace ha revestido  de dolor a toda la ciudadanía

FACTORES QUE DESENCADENARON LA TRAGEDIA

El hecho que hoy nos ocupa no fue obra de la fatalidad, ni como algún fatalista pudo afirmar “ Estaba escrito”.

Después de la catástrofe, se realizó naturalmente el consabido sumario administrativo, pero esto no va a devolver esos seres a sus familias que quedaron sumidas en el. dolor y el desamparo.

Varios factores se sumaron para que sucediera esta tragedia

La imprevisión de la Compañía Eléctrica del Sud que omitió elementales medidas de seguridad para prevenir la tragedia

El cartel colocado 50m. antes del puente advirtiendo “DESPACIO” era muy poco visible pues estaba oxidado y su leyenda era poco visible

No existía en la margen  de Avellaneda una cadena de seguridad que trabara el paso de vehículos cuando el puente se levantaba.

La luz roja que se encendía  al levantarse el puente era poco visible, muy mortecina 

Ningún empleado de la empresa  o guardia de prefectura estaba de guardia para alertar que el puente estaba levantado

Poca resistencia de la barandilla de protección que separa las vías del tranvía de los ómnibus de la empresa “Satia” en el ascenso y descenso de pasajeros.

Bastaría una mala maniobra, o una rotura de dirección para  que el vehículo al volcarse cayera en el. Riachuelo

En síntesis: las medidas de seguridad eran rudimentarias e ineficaces.

INSEGURIDAD DE ESTE PUENTE

            Intenso era el tránsito que circulaba por este puente: tranvías, autos, ómnibus que iban y venían de capital a provincia.

Su altura era reducida por lo que había que levantarlo cada vez que pasaba una chata llevando y trayendo mercaderías de las fábricas vecinas situadas aguas arriba del importante brazo como así otras operaciones que exige el movimiento de cargas de la estación “Ingeniero Briano”

Salvo estas necesidades, el puente permanece permanentemente tendido.

El puente se construyó sobre el Riachuelo en el nacimiento de la calle Bosch en Avellaneda formando una T con el trazado de la calle Puentecito en Capital Federal en línea recta con la  estación de la Compañía  de Tranvías Eléctricos del Sud.

Es un puente de hierro  propiedad de esa empresa que lo utilizaba para el traslado de sus coches, existiendo a los costados pasarelas para peatones que éstos pueden utilizar, según rezaba un cartel colocado por la administración de la empresa” bajo su exclusivo riesgo”

El puente excluyendo los extremos que tocan ambas márgenes del Riachuelo, descansa sobre dos enormes columnas de material.

El tramo céntrico  del mismo, móvil, es izado cuando  así  lo requiere el tránsito fluvial

COMO OCURRIÓ LA TRAGEDIA

            Alrededor de las 6 horas partió el coche Nº 75 LA Línea 105 de Lanús rumbo a Constitución a cargo del motorista Juan Dossio y del guarda Juan Angel Rodríguez.

Era la hora en que el movimiento de pasajeros es intenso, y se compone en su mayoría  de trabajadores que marchan a sus ocupaciones.

Los coches eran insuficientes para cubrir el servicio, y por lo tanto se desplazaban, abarrotados, excediendo holgadamente el pasaje, el número fijado por la reglamentación vigente que era de 32 personas sentadas y en el momento de la tragedia llevaba 72  personas

Era corriente que viajaran apretados, incómodos por el afán de llegar temprano a sus ocupaciones.

El coche en cuestión cumplió el recorrido hasta la estación Avellaneda, distante unos 500m. del lugar del suceso, sin que nada anormal pudiera anotarse.

Un inspector de la empresa que descendió del coche, luego de haber efectuado la revisada de la planilla del guarda Rodríguez y controlado los boletos del pasaje, expresó que cuando él terminó  su tarea en la esquina de Giribone y Bosch, viajaba la cantidad de pasajeros  antes mencionada. El tranvía continuó su marcha.

En tal instancia, a fin de dejar pasar la lancha “Itaca”, el encargado del puente, Manuel Rodríguez, español de 56 años, casado, domiciliado en la calle Río de Janeiro 4333 de Lanús, puso en funcionamiento el mecanismo que izaba el puente.

Simultáneamente la luz roja indicadora del peligro quedó encendida

SE PRODUCE LA CATASTROFE

            Alzado el puente, sin ninguna vigilancia en el extremo de la provincia, posiblemente inadvertido el peligro por el motorman del coche, éste se precipitó al Riachuelo.

Algunos pasajeros que viajaban en la plataforma trasera lograron arrojarse del vehículo, cayendo sobre la pasarela.

Inenarrables fueron las escenas de pánico que se produjeron a continuación.

Todo el pasaje sin esperanza de salvación, lanzaba desgarradores gritos de socorro, mientras el coche se hundía  rápidamente bajo las aguas.

LOS PRIMEROS AUXILIOS

A las voces de auxilio de las víctimas, las pocas personas que en esos momentos  se hallaban cerca del lugar, corrieron para auxiliarlos, pero todo esfuerzo fue inútil, dada las características del accidente.

En cambio, los tripulantes de los remolcadores ”MERCEDES” y “GUILLERMO Y.” que se hallaban en las inmediaciones del muelle del frigorífico “LA NEGRA” se aprestaron al salvamento, logrando recoger con vida a cuatro víctimas de la tragedia.

Los salvadores de esas vidas fueron Guillermo Yescelich (peón), Carlos Barbalarga (maquinista) y Juan Papaletra (marinero) del remolcador “GUILLERMO Y”.

Del “MERCEDES” auxiliaron Gáspero Genovesi (maquinista), Mariano Checoni (marinero) y Alfredo Vignoni (patrón) .

Por referencia de esos abnegados obreros se sabe que varias personas aparecieron en la superficie dando voces desgarrantes y manoteando en forma desesperada.

Desgraciadamente,  cuando quisieron prestarle ayuda habían desaparecido bajo las aguas llevados por la corriente.

Todas las personas rescatadas   fueron trasladadas al Hospital Fiorito con heridas leves, pero presas de fuertes crisis nerviosas.

Conocida la triste noticia, funcionarios provinciales, municipales, de prefectura y policiales de la Comisaría 32 de Capital federal, el Comisario Inspector, oficiales y agentes de la Comisaría 1ª y 2ª de Avellaneda, la Provincia de Buenos Aires se acercaron al lugar y organizaron las tareas de rescate y traslado de los cuerpos.

Algunos buzos que trabajaron durante todo el día 12 y parte de la noche, relatan escenas horribles e impresionantes que vieron dentro del tranvía: dicen que muchos de los pasajeros en su desesperación  quisieron salir por las puertas del coche y se aglomeraron junto a las mismas, impidiendo así que pudieran salvarse muchos más.

Otros que intentaron salir por las ventanillas fueron encontrados con medio cuerpo afuera, heridos en la cabeza y otras partes del cuello, sin duda al romperse los vidrios.

TAREA DE EXTRACCIÓN DE  CADÁVERES

La tarea de extraer los ahogados quese encontraban dentro del coche llevó mucho tiempo, debido a que las aguas cenagosas del Riachuelo impedían ver, y había que trabajar a tientas

Solicitados sus auxilios, acudieron asímismo , loa bomberos de Avellaneda, Lomas de Zamora, Lanús, Villa Domínico y de la Boca a   las órdenes de sus respectivos jefes viéndose dificultada su tarea por el estado fangoso y pestilento de las aguas.

El primer cadáver fue extraído a las 8,30hs., y una hora después, los bomberos con la cooperación de los buzos habían logrado extraer12 hombres y 3 mujeres.

Los cuerpos fueron depositados  a bordo de la lancha de los Bomberos Voluntarios de la Boca, apilados unos sobre otros.

A las 11 de la mañana el nº. de cadáveres rescatados alcanzaba a 42. Continuaron los buzos y hombres en su tarea, y ya a las13,30hs. se habían transportado los cuerpos de 48 hombres y 5 mujeres que fueron llevados a la morgue de la isla Demarchi, donde a cada uno se le colocó  un nº  de orden para su identificación, y posterior reconocimiento.

Al día siguiente prosiguieron  los rastreos en el Riachuelo, con la esperanza de encontrar más víctimas de la catástrofe, se calculaba que aún debía haber de 10 a 15 cadáveres, los cuales fueron arrastrados por la corriente.

El cadáver del motorman que llevaba el nº6 fue separado a fin de procederse a la autopsia legal para establecer si fue víctima de un síncope, momentos antes de precipitarse al Riachuelo.

La afluencia del público al depósito de la isla Demarchi se hizo muy inmensa. La mayor parte del mismo estaba formada por personas en cuyas casas faltaba algún miembro de la familia que a la hora de catástrofe debían hallarse en camino a Capital Federal.

Muchas de esas personas no pudieron reconocer a los ausentes en los cadáveres en el galpon, se presumió  que debajo del agua debían encontrarse más cadáveres expuestos

En el reconocimiento de las víctimas en la isla Demarchi se pudo observar un espectáculo doloroso, pues los familiares de las víctimas lloraban desesperadamente al encontrarse con los rostros y cuerpos desfigurados de sus seres queridos.

Se pudo establecer claramente que las víctimas de la empresa a la que pertenecía el coche 105 eran:Juan Vessio, motorman del coche que se hundió, José Angel Rodríguez, guarda del mismo, Gervasio Souto, portero de la empresa, y los obreros Angel Barreirra y Manuel Pérez.

TRABAJOS PARA LEVANTAR EL COCHE

A las 14 hs., visto los infructuosos trabajos para extraer el coche utilizando las grúas del Ferrocarril del Sud y del Ministerio de Obras Públicas de la Nación , puesto que el lugar ofrecía inconvenientes para la operatividad debida, los técnicos encargados de la tarea resolvieron llevar a cabo la misma, empleando a manera de guinche el mismo puente de la empresa.

A tal efecto, con la cooperación de 2 buzos . obreros del Ministerio de Obras Públicas y mecánicos  de la Compañía Eléctrica del Sud se iniciaron los trabajos para colocar gruesos cables de manera que ligando el coche a los rieles y durmientes del puente al izarlo quedara a una altura suficiente para ser colocado en una chata del Ministerio de Obras Públicas a cuyos talleres debía ser llevado a efectos  de que los técnicos  cumplan e informen su cometido.

En esta tarea, que llevó mucho tiempo los sorprendió la noche, a buzos, marineros y mecánicos.

Los periodistas fueron informados que la extracción del coche se efectuaría en la mañana del día 13.

El Juez    Federal, Dr. Jantus, que estaba en el lugar desde hora temprana se retiró a las 16 hs. rumbo a la isla Demarchi, donde se hallaban depositados los cadáveres, no sin antes recomendar diligencia a los  funcionarios policiales que levantaran el sumario administrativo con toda diligencia.

EL PÚBLICO EN EL LUGAR

Instantes después de registrarse la espantosa tragedia, la afluencia del público en las inmediaciones del trágico puente dio lugar a escenas de todo matiz.

Millares de personas ocuparon los muelles existentes en las inmediaciones, pero resultó grave constatar que sobre el puente del Ferrocarril del Sud, más de 300 personas habían ocupado el mismo corriendo grave riesgo  al paso de los trenes de pasajeros. Por fin la policía de la seccional 1ª y 2ª  de Avellaneda destacaron varios agentes que debieron realizar grandes esfuerzos para desalojar a los curiosos.

Fue también  oportuna la ocasión, para muchos patrones de lanchas de efectuar considerables ganancias, paseando curiosos por el lugar de la tragedia, o transbordando a mucho público de una  a otra orilla, pues el tránsito  sobre el puente referido había sido totalmente interrumpido.

Surgieron además los infaltables cuidadores de autos que obtenían sendas propinas, vigilando los coches de los curiosos que querían presenciar las tareas de salvamento.

PROYECTOS PARA AYUDADAR A FAMILIARS DE LAS VICTIMAS

Tanto en la Legislatura Bonaerense como  en el Concejo Deliberante local se presentaron a través del Senador Onsari, del Diputado provincial Gerardín y de los  Concejales Modesto Ferrer y Guillermo Dellos sendos proyectos de subsidios para socorrer a las víctimas de la catástrofe del Riachuelo.

Se formaron comisiones y asambleas en los barrios  y en distintos clubes deportivos y organizaciones  no gubernamentales  para realizar colectas a favor de los deudos de las víctimas.

Destacada actuación en la concreción de la ayuda tuvieron el accionar  del Centro de Comerciantes e Industriales de Avellaneda, el Club Pueblo Unido, el Club Atlético Progresista., el Club Atlético Lanús, el Centro de Corraloneros de Avellaneda, el Círculo Italiano de Lanús, el Club Racing , el personal del Diario “La Opinión”, el Club social y deportivo “Sarandí” entre muchos otros

La noticia tuvo también dolorosa repercusión en Montevideo desde donde llegaron notas de pesar y acompañamiento por este trágico accidente.

EL PRIMER SUMARIO TECNICO

El Director general de ferrocarriles, ingeniero Manuel Castillo acompañado por el Director general de administración Don Raul O` Pretto y el segundo de éste, ingeniero Eugeni Izrid  concurrieron al lugar para informarse personalmente sobre el suceso y ordenaron con la fiscalización de la Compañía de Tranvías Eléctrica la instrucción de un sumario técnico.

Las primeras diligencias que se practicaron establecieron que las señales del puente funcionaron normalmente y que hasta que se consiguiera extraer el tranvía para analizar el estado de los frenos no se podían establecer claramente las causas del accidente.

Entre las diligencias practicadas, figura la detención del marinero que cuidaba el puente, Venancio Salinas, quien estaba de guardia en el momento de producirse la tragedia. Pir orden del Juez federal, Dr. Jantus se lo detuvo e incomunicó en la isla Demarchi.

Con exactitud, nada pudo saberse, el informe policial dijo  que los puntos de velocidad a los que corría el coche era el adecuado. Por otra parte el examen médico del cuerpo del conductor estableció que éste no sufrió un sincope cardíaco, es decir el estado físico del mismo, era normal; si atinó o no a echar los frenos, no se pudo establecer debido al deterioro del coche, una vez extraído de las aguas.

COMENTARIO FINAL

Hoy a muchos años de la tragedia, los vecinos memoriosos y que contamos muchos años, aún seguimos recordando esta tragedia, como un hecho doloroso para Avellaneda y Lanús, en el cual perdieron la vida, muchos obreros, padres de familia, con todas las tristes consecuencias acarreadas por esas muertes imprevistas e injustas.

Luego de realizadas las pericias técnicas, se pudo comprobar que el origen  del problema había sido de tipo mecánico, siendo el comando que accionaba los frenos el que se encontraba defectuoso debido al desgaste producido por el uso.

Por este motivo el Juez Jantus, acepta el pedido del Fiscal, sobreseyendo la causa en forma provisional.

Con exactitud, nada pudo saberse, el informe policial dijo  que los puntos de velocidad a los que corría el coche era el adecuado. Por otra parte el examen médico del cuerpo del conductor estableció que éste no sufrió un sincope cardíaco, es decir el estado físico del mismo, era normal; si atinó o no a echar los frenos, no se pudo establecer debido al deterioro del coche, una vez extraído de las aguas.

Luego de sucedida esta tragedia, las acusaciones cayeron sobre el conductor acusándolo de negligente y por ende responsable de la misma.

La caída del tranvía fue tema de una película “Pasó en mi Barrio” con Tita Merello y Mario Fortuna como protagonistas. Recuerdo triste del año 30 donde se ahogaron un montón de sueños en una madrugada del mes de Julio en las sucias y frías aguas del Riachuelo.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

Diario La Libertad de Avellaneda. Ediciones de los días 13 y 14 de julio de 1930.

“El Historiador de Barracas” de Enrique Puccia y María Abate.

Archivo Histórico de la Secretaría de Cultura de Avellaneda.

Martha Romero

Acerca de Hernán Bravo

Director y fundador del periódico La Voz de Piñeiro desde 2003. Técnico superior en Periodismo egresado de TEA en 1998.

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