ENTREVISTA A GUSTAVO CORDERA: “HOY ESTÁ TODO MÁS SÓRDIDO, MAS HERMÉTICO”

El músico ex líder de Bersuit vivió su niñez y parte de su adolescencia en el barrio El Pueblito. Poco antes de su presentación en los corsos de Piñeiro en febrero de 2011, La Voz de Piñeiro lo entrevistó. Aquí el resultado de esa entrevista en la que el músico hizo un recorrido por sus recuerdos de los personajes y anécdotas del barrio en el que creció.

¿Qué recuerdos tenés de los años que viviste en El Pueblito?

Viví hasta los 17 años. Tengo innumerables recuerdos.  Justo ayer hacía un conteo de todas las personas que me acuerdo y resulta que recuerdo a todas. Me acuerdo del Ogui, Carancho, Aceituna, Gustavo Makarián, Miguelito, Agustín, Carlitos Gómez, El Negro Carlos, Oscar, José Luis, Claudito, Kacherián, Fideo, el abuelo de Fideo, que era nuestro curandero, Mario El Trampa, Villa, Atanasio, El Nolo, que hoy ya no está, Mingo, don José y su perro, don Raúl y su perro, me acuerdo de todos los perros. Me acuerdo de todas las anécdotas que se pueden vivir en un barrio lleno de Poesía. Los barquitos en el agua de la zanja, las bolitas, las escondidas, los picaditos. Cada cuadra tenía su equipo, jugábamos los de Cordero contra los de Mansilla, contra los de Agüero, contra los de Arredondo. De ahí surgía como una selección que jugaba en El Pato. Muchos de esos pibes llenaron las canteras de Racing e Independiente. Algunos, como el Negro Ambrosio han llegado a ser jugadores profesionales, incluso mi tío Ferrari, Pocho Y Titi Ferrari jugaron en independiente y en Boca. Desde que yo nací esas calles están asfaltadas y era entre vías ese barrio. En ese barrio se tejieron las historias más memorables. Hermosas y trágicas también para todos nosotros. Hay una generación que eran 40 y hoy sólo quedan 8, a raíz del HIV. En ese momento era desconocido y nadie supo como protegerse de eso. Fundamentalmente por el ingreso de la cocaína y la jeringa en la década del ochenta. Todos los barrios tienen historias memorables. Hemos perdido generaciones de gente brillante, hermosa. También hay otras cosas que se siguen conservando como la zapatería de Kache, algún que otro almacén. Hoy está más sórdido todo, más hermético, la gente está más asustada. Nosotros hacíamos las fogatas de San Pedro y San Pablo, festejábamos los carnavales, salíamos todos a tirarnos bombitas, a jugar. Había una vida social más interesante. Éramos todos  hijos de todo el barrio. En cierta forma todo eso se perdió. También me acuerdo de la inundación de 1967 y el bote que traía la comida para todos.

¿Seguís teniendo relación con el barrio?

Ayer estuve comiendo un asado y jugando al fútbol. Me produce mucha nostalgia. Lloro cuando entro, cuando paso por la puerta de lo que era mi casa y por todos los fantasmas que andan dando vueltas por ahí.

¿Extrañas algo de todo eso?

No, nada. Soy una persona que vive el momento. Trato de entender que la vida es un cambio constante. Todos los días morimos y renacemos nuevamente.

¿Por qué te fuiste a vivir a Uruguay?

Cuando me fui de la Argentina estaba muy enojado y estoy muy enojado con la hipocresía de los grandes medios de comunicación y de los gobiernos. Fundamental-mente de la inconsciencia y de la ignorancia que hay. Cuando veo gente que no sabe hablar castellano, que habla guaraní, toba y demás, expulsados de sus tierras por grandes corporaciones de soja, mineras y forestales y la ambición de los terranientes, todo con el consentimiento del poder político y del poder judicial, y llegan acá a ver qué pueden hacer con sus vidas y son tratados como usurpadores, como ocupas, demuestra como la violencia se genera lejos de acá y lo que nosostros vemos acá es solo la superficie. Los políticos saben de que se está tratando, todos sabemos de qué se está tratando. Y en vez de pedirle perdón a esa gente por lo que le estamos haciendo, los estamos cagan-do a palazos. Todo eso genera una violencia muy grande, que va a ir acrecentándose. Para el año que viene está proyectado vender un millón de autos para capital y gran buenos aires. El caos vehicular que va a haber, la violencia en las calles que va a haber, la desesperación que hay por el consumismo es tan grande que estamos perdiendo la sexualidad, estamos perdiendo el alma, estamos perdiendo el alma. Esta política económica del gobierno nos está sacando el alma. En la ciudad, al no tener río, al no tener mar, al no tener naturaleza entrás en la trampa de la ilusión que es la de tener. Estamos entrando en la dimensión más dolorosa, que es la dimensión del tener. Cuando nos demos cuenta de que ser no es tener, ahí todo lo que no existe, todo lo que no tiene ningún valor, excepto el de la autodestrucción, como las transnacionales, las productoras de automóviles, las sojeras, se caen

¿Qué reacción te provocó la muerte de Néstor Kirchner?

Lo primero que me vino a la cabeza es que era un hombre encendido por el fuego de la ambición y eso hace mucho daño a la salud.

¿Qué pensás de la nueva ley de medios?

Tanto en el gobierno de Kirchner como de Cristina se  avanzó muchísimo en lo político y lo institucional. La  equivocación más grande de este gobierno es la política económica. Progreso no es evolución. Es involución, es destrucción. En la Argentina al haber tanta ambición se esta cultivando pobreza. En la medida que pase el tiempo va haber más pobres, porque no se controla, no hay forma de de disolver la ambición. Es un mal viaje el que estamos emprendiendo, un muy mal viaje. El límite es el dolor. Por otra parte, creo que la ley de medios es beneficiosa, porque vamos a empezar a construir otra información y eso es muy necesario. La diversidad de información va a dar la posibilidad de que las personas puedan abrir sus ojos y ampliar la conciencia para aprender a respetar al prójimo. Al gobierno le critico la idea de mundo desequilibrada y totalmente ambiciosa. Esto a la altura de los tiempos que estamos viviendo solamente va a traer destrucción e injusticia.

Acerca de Hernán Bravo

Director y fundador del periódico La Voz de Piñeiro desde 2003. Técnico superior en Periodismo egresado de TEA en 1998.

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