EL PRIMER IMPULSOR DE PIÑEIRO: DOMINGO GUILLÉN

POR RUDI VARELA

El primer impulsor de Piñeiro fue Domingo Guillén: hombre literato y primer periodista del barrio; corresponsal de El Pueblo, periódico decano de Barracas al Sud, actuó como tal desde febrero de 1897 hasta mayo de 1899.

Sus escritos punzantes, irónicos, inquisidores, a veces con humoradas, pero siempre con gran talento, movían a las autoridades a dedicarles tiempo y trabajo a este incipiente pueblo, que él por su entusiasmo se atrevió a cambiarle el nombre aunque no tuvo éxito.

 Este español, agnóstico en su sentir religioso, casado a los 20 años con la marsellesa Natalia N., después de construir la casa, se asienta a los 50 años en el pueblo en diciembre de 1896 con su señora, sus hijas (luego de Rezzano) y Berta Guillén, muerta ya anciana en esa casa, hoy Edmundo Fernández 474.

   Los terrenos a nombre de su señora, los habían comprado el 1º de agosto de 1895.

De profesión peluquero, sus inquietudes lo llevaron a dar conferencias sobre el gremio en Buenos Aires y a crear un tónico natural (con plantas extraídas de su propia huerta) que vendía a 2 pesos el frasco, para dar brillo y evitar la caída del cabello. También daba clases de literatura en su casa a personas mayores dos veces por semana y se encargaba (cobrando) de corregir escritos, solicitudes y artículos. En 1898 fue designado Delegado del Concejo Escolar junto con Juan Pienovi, para el control de las escuelas de Piñeiro y escribió el libro Lo que no se debe hacer, que se vendía a 1 peso.

Qué piensa del nuevo barrio

A los tres meses de instalado nos da su visión: «La vida en este pueblo es en extremo plácida y filosófica (…) La vida comercial no mata, la industria pellejera es la que absorbe las fuerzas de esta pequeña colectividad; así se ve durante la semana, el pueblo está desierto, y solo las curtiembres acumulan en sus centros manufactureros, las fuerzas vigorosas de por acá. El cantar de las ranas, amenizan las horas del día y dan a la caída vespertina, cierto diapasón monótono, predisponente al sueño de la noche. Al Riachuelo ningún incidente lo perturba a no ser la avalancha de adanes que en días de calor se arrojan en sus barrosas aguas con el traje que sus madres los parieron, es decir con el pellejo al aire (…) este pueblo es característicamente pobre, la muy santa y vulnerable doña Trinidad, al abandonarnos a nuestras propias fuerzas, no nos ha dejado ollas de oro ni odrés de chatrán marqueau; nada de eso nos ha dejado; nos ha legado, sí, (por los pesiños), unos terruños duros como adoquines, que para triturarlos hay que romperse el alma a golpes de puño y pala. Y en cuanto a riqueza pública, esta está por ahora en manos de algunas pellejerías y otras industrias análogas, y los demás somos una manga de pobretes escapados de la crema, esto es, huyendo de los monstruosos alquileres de Buenos Aires»

En sus escritos, Guillén Solicita: «¿No se podría evitar que en el Riachuelo, al lado del puente del Ferrocarril del Sud se bañen algunos muchachones que con sus ademanes y correrías escandalizan a señoras y niños que pasan por allí?

Creador de la primera institución del barrio

El 1º de marzo de 1897 creo el Club Social e instituyó su Reglamento, donde se cobraba 1 peso mensual a cada socio. El objetivo era encarar el desarrollo del pueblo, basado en principios liberales, reformistas y de protección mutua. Reunidos en la confitería de Bernardo Etulain (hoy esquina de Fernández 494) el 8 de marzo, la Comisión Provisoria por 6 meses estaba compuesta así: Presidente Julio Moreno, vicepresidente, Ramón Etchaleco (en 1898 y 1901 primer concejal municipal oriundo de Piñeiro); Secretario Domingo Guillén, Tesorero Juan Pienovi, Vocales: Antonio Reale (venido de Italia en 1871 con su esposa María Luisa F; trabajaron 5 años en la quinta de Saavedra con don Pedro Tuma y durante 20 años al servicio de Trinidad Piñeiro, luego le compran el casco en 1895);  Manuel Real; Juan Pérsico; César Viccini; Jose Francisco Affranchino; Ángel Persano; Luis Viccini; Antonio Olivieri, Miguel Bazusete y Juan Finocchetti.

 El 28 de marzo de 1897, ante su pedido insistente en «El Pueblo», se instala la Escuela Nº 12 en el casco de Trinidad Piñeiro, ya comprado por Antonio Reale. Es el señor Domingo Guillén en nombre del Club Social el encargado de dar la bienvenida el primer día de clases (fue en el lugar donde ahora está la escuela Nº 14, Aldecoa 821).

 En todos los artículos del periódico figuraban los titulares Barrio del Progreso (antes Piñeiro). En el del 18 de abril de 1897 dice que someterá a la sanción general del Club Social para que sustituya «el repudiado nombre Piñeiro» y el 25 de abril fue aceptado por la comisión aunque no tuvo éxito ni en el pueblo ni en la municipalidad. Las reuniones del Club Social se realizaban en las casas de sus miembros a veces en Aldecoa 699 y otras en Aldecoa 755.

Renuncia al Club Social

Concluidos los 6 meses de la Comisión Provisoria, Domingo Guillén renuncia al club que él fundó, por discrepancias con dos de sus miembros, uno de ellos su presidente. Su carácter no era de los más componedores. La nueva comisión fue presidida por Ramón Etchaleco, Juan Pienovi como vice y Manuel Real como secretario, pero la institución se disuelve a fines de 1897.  Gullen siguió siendo corresponsal del Periódico El Pueblo hasta mayo de 1899.

El 29 de mayo de 1898 escribe: «Por entonces no había las innumerables casas que hay hoy y los venerables y antiguos pobladores se disputaban la supremacía de antigüedad…»

 Los primeros vecinos de Piñeiro no tuvieron que esperar mucho tiempo para lograr lo que en muchas ocasiones pedía y exigía Domingo Guillén desde el periódico. Ya tenían pasos transversales de adoquines las actuales esquinas de Charlone y Fernández, y la calle Lebensohn en su cruce con Rosetti, García y Fernández. El destacamento de policía a cargo del sargento Ramón Méndez se instaló en Aldecoa 750 con dos vigilantes más en noviembre de 1899, cuando el pueblo tenía más de 3000 habitantes. Con la vigilancia se evitaron las escenas indecentes en el Riachuelo y empezaron a disminuir los perros rabiosos y sin dueño. Pero las calles por mucho tiempo siguieron reparándose y enlodándose nuevamente en cada lluvia. Pronto vendrían otras instituciones con vecinos que le darían empedrado, construirían la iglesia pía, las industrias, comercios y más escuelas privadas.

Resumen del trabajo «El primer impulsor de Piñeiro de Rudi Varela»

Acerca de Hernán Bravo

Director y fundador del periódico La Voz de Piñeiro desde 2003. Técnico superior en Periodismo egresado de TEA en 1998.

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2 comentarios en «EL PRIMER IMPULSOR DE PIÑEIRO: DOMINGO GUILLÉN»

  1. Hola .Mi nombre es Mirta Trovato.Mi abuelo paterno fue Don Pedro Trovato fundador de la Empresa de construcción Trovato y Nitopi.Mis abuelos vivían en Av.Galicia342.Ahi también funcionaba las oficinas. Cómo se extrañan esos años.Los corsos.el almacén y bar de Don Marcial en Av Galicia y Santa Fe. El almacén de Don Gino.Calzados La Primavera.Libreria Spezzacatena.Tintoreria Llado.Farmacia Esperanza y Farmacia Peco.y muchas casa más que no recuerdo .Tengo casi 77 años y cada vez que voy a Argentina me doy una vuelta por mi querida Av.Galicia. Y veo mi casa hasta 1971 en Santa Fe 1943 .

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