LA CERVECERÍA #611 EN LA AVENIDA GALICIA

En los últimos años, las cervecerías artesanales invadieron los centros comerciales urbanos a causa de la gran cantidad de pequeños y medianos productores que comenzaron a elaborar esta noble y antigua bebida. La avenida Galicia, principal arteria comercial de la localidad de Piñeiro en el partido de Avellaneda, tiene la suya. Hace alrededor de un año y medio, la Cervecería #611 abrió sus puertas en la esquina de Catamarca y Galicia. Se ubica en el inmueble que ocupó durante décadas uno de los comercios más tradicionales de la zona, la ferretería Regidor.

Sebastián Cortez y Jonathan Amitrano se conocen desde que cursaron la escuela primaria en Wilde. Hicieron el secundario juntos y, luego, cada uno hizo su camino en la vida. Se juntaron 15 años después y se asociaron para llevar adelante algo que los unía: la gastronomía. “Yo hacía la tarea escolar en la cocina del restaurante que todavía tienen mis viejos en la Ciudad de Buenos Aires”, cuenta Jonathan. Por su parte, Sebastián había trabajado en pizzerías y bares hasta que comenzó a fabricar cerveza en pequeñas cantidades.

La relación de Sebastián con la cerveza comenzó como la de la gran mayoría de los productores. Se inició como un hobbie para agasajara amigos y familiares y se transformó en un medio de vida. “Renuncié a mi trabajo de entonces y me dediqué a producir para venderle a cervecerías”, recuerda Sebastián. El nombre de la cerveza es Kila y #611es una de las cervecerías que vende su propia cerveza a los consumidores.

La propuesta gastronómica de #611 es la tradicional de las cervecerías. Tienen 11 canillas con distintas variedades de cerveza como principal atracción. Para comer, la casa ofrece 6 tipos de hamburguesas, 4 variedades de papas, 6 distintas pizzas, sánguches de bondiola y de lomo,  panchos, y también opciones para  veganos y veganas. Los platos son abundantes y se pueden compartir. “Tratamos de adaptarnos a la situación económica para poder mantener a nuestra clientela en este momento difícil”, dice Jonathan.

Es que la cervecería abrió en tiempos más que difíciles para la gastronomía. Ocho meses de inactividad fueron un obstáculo complicado de resolver. La entrega a domicilio y los pedidos para llevar no fueron alternativas que alcanzaran para la subsistencia. “La gente tenía más tiempo para cocinar y menos plata para gastar”, asegura Jonathan. Recién ahora se empieza a ver una luz al final del túnel, muy tenue, claro.

Con la salida del aislamiento, la cervecería #611 volvió a abrir sus puertas al público de martes a domingo a partir de las 18.30 horas. “Ahora trabajamos con restricciones, pero por ejemplo cerrar a la 1 de la mañana en esta zona es bueno porque sabés a qué hora te vas, algo bastante raro para el rubro”, asegura Jonathan.

“La avenida esta muy linda, muy bien cuidada, con mucha iluminación y buena recolección de basura pero a las 19 horas no queda nadie, es un barrio de gente grande”, dice Jonathan. El público es variado y de todas las edades. “Viene gente de los clubes de la zona, de la Universidad y muchos ex clientes de la cervecería que teníamos en Wilde”, afirma.

Para, Sebastián y Jonathan el secreto es que la cervecería está atendida por sus dueños. Abren, cierran, cocinan, limpian y sueñan con poder instalarse entre el público de Piñeiro, el barrio que eligieron para llevar adelante esta iniciativa comercial que anima las tardes y noches de la avenida.

Acerca de Hernán Bravo

Director y fundador del periódico La Voz de Piñeiro desde 2003. Técnico superior en Periodismo egresado de TEA en 1998.

Ver todas las entradas de Hernán Bravo →

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *